01 mayo 2011

VA POR TI, REBATÓ

Fuimos a cenar a una pizzería a la que a V le encantan cómo hacen las pizzas.
Hacerlas al horno de piedra es casi garantía de que van a ser buenas, y además de ese detalle V, también se fija en cómo es el borde de las pizzas... en resumen, el sabor ha de saber a grisines.
Pues yo, que soy más experimental, tampoco al punto de ir a una pizzería y pedirme un lenguado, pero sí en provar otras cosillas; pues me pedí una lasaña de la casa y unas croquetas caseras.
Y eso fue Cagada Universal.
La lasaña estaba entre tostada o no bien descongelada de las esquinas y las croquetas con sus tropezones de jamón mal curado me dejaron kao el paladar.
Y lo peor de todo, es que aunque el cliente no queda satisfecho, ha de pagar igualmente. Menos mal que V pagó...porqué yo era capaz de salir corriendo y decir hasta luego Lucas al estilo Joker!.
El jefe de todo eso,  me ofreció un par de chupitos, a los que apodó de  "muy digestivos".
Ya lo creo que deben serlo, pensé yo.
Los rechazé con una sonrisa super convincente y se debió creer que soy una de esas personas que rechinan pero que son mansas, pues no, porqué  NO PIENSO VOLVER A COMER LASAÑA NI CROQUETAS EN SU RTE. hála, ya lo he dicho.
Lo malo de todo esto, que si el otro comensal, cena bien, te has de callar un poco con tu opinión, porqué sino, le das la cena a él. Así que sólo hablé para flipar con lo siguiente:
Cuando te dan la carta para escoger el plato, hay una pequeña introducción de el porqué esa pizzería se llama Rebató, al igual que el barrio en la que se encuentra.
Y de toda esa noche, me quedo con la historia:


Había un bandolero llamado Rebató, que no paraba de usurpar y al que la justicia, perseguía desde hace tiempo, pero éste, siempre conseguía escaparse. Su suerte cambió cuando un día, lo encontraron (por la pizzería dónde cené) , al capturarlo y como escarmiento, decidieron (digo yo, que sin hacer votación popular) cortarle la cabeza y colgarla en el fondo de la "calle" ( el fondo de la calle debía ser el árbol que se encontraba al fin del caminito de arena  justo antes de caer por el acantilado), y así fue como ese barrio tomó el nombre del delincuente: REBATÓ, aunque algunos lo llaman Rebato-sin acento final-.
Que gran historia. Mientras otros en sus tiempos, en otras partes de Cataluña y España, se dedicaban a poner nombres a sus calles alzando a escritores, grandes pensadores, inventores, importantes luchadores del bien mundial,  en Abrera, un grupo de personas, decidió ser rebelde y dejar claro que los malos, también tenemos nuestros lugar en el mundo, aunque sea un barrio y una pizzería.
Esos primeros Abrerenses eran  todo un ejemplo de modernidad y rebeldía.
Y esta claro, de cómo el naming, marketing y publicidad, mata a la parte rebelde e incorfomista y me impediría imaginar caminar por calles de nombres pintorescos tales como:

Jack the ripper Street (sería la calle dónde las prostitutas ejercieran su actividad impunemente)
calle de El carnicero de Milwaukee (las carnicerías venderían más que nunca)
y otras calles más alegres:
carrer d'Epi i Blas (se venderían ropas de colores y los dependientes hablarían como ellos dos)
Pantera Rosa street (aqui los de los bizcochuelos rosas tendrían su sede)
Barrio de los Pitufos y Los Diminutos ( por supùesto ahí los altos, no entraríamos)...
y así me podría pasar el día, sin olvidar, hacer una plaza a quién inventó estas calles:

PLAZA DE INTENTA SER BREVA,
PERDÓN, PLAZA DE INTENTA SER BREVE.
NOTA.: todo lo anterior es lo que se leería en la placa. Y sería esa una plaza, dónde los besos, las palabras, las compras, las siestas y todo, sería breva, digo brevísimo.

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