Mi madre y unas buenas amigas, siempre me han aconsejado los "finales felices".
Me refiero a los que tienen relación con el trabajo y con las personas.
Pero yo a veces no las he hecho demasiado caso y en ocasiones me he rebelado.
Y ahora, con la mente más fría (que es con la que siempre te aconsejan actuar) pienso aún más firme, que mis decisiones tildadas como rebeldes, fueron las más sensatas jamás tomadas.
Y pongo por testigo, que nunca más me callaré, pues si no expreso mi opinión dialogando con seriedad, franqueza y buenas palabras, la rueda seguirá bombeando la misma mierda, la que me hacía sentir ganas de vómitar, la que salpicará a otros cuando yo me vaya.
Asi que, animo a todos los que tienen un trabajo con unos compañeros infernales con piel de cordero y alma de lobo, o aquellos otros que tienen a jefes con boca llena de dientes afilados y cuchillos entre los dedos,...os impulso a que tomeis carrerilla y que sin pensarlo demasiado, antes o después de iros, les "canteis las cuarenta".
Porqué a veces la ignorancia, no ayuda tanto cómo creemos pensar.
cantar las cuarenta fam. Decir claramente a una persona las quejas que se tienen contra ella.
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